domingo, 9 de agosto de 2015

Hemos probado vinilos Karasu

A todos nosotros nos gusta utilizar los mejores materiales posibles en cualquiera que sea la actividad que estemos realizando, la pesca no es una excepción. Las grandes marcas nos bombardean con multitud de nuevos productos, nuevas cartas de colores de sus señuelos, todos ellos mediante grandes y ambiciosas campañas de publicidad a cargo de importantes pescadores profesionales o en ferias mundiales como el ICAST, que consiguen aturdirnos y atraernos hacia sus productos.

Sin embargo no siempre se puede utilizar lo mejor para nuestra actividad, a veces hay que conformarse con lo que uno tiene y aplicarse al no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita. 

Bajo esa premisa hemos probado una marca de señuelos japonesa llamada Karasu. Esta marca se centra, al parecer, en los señuelos blandos destinados a la pesca del black bass especialmente, ya que nos ha sido imposible localizar cualquier otro tipo de señuelo. Hay que señalar que hemos podido comprobar que todos sus productos son de la misma calidad y que por eso solamente vamos a mostraros uno de ellos con la esperanza de mostraros las virtudes y las pegas que tienen estos señuelos.
Criatura de Karasu

El vinilo que hemos probado es una criatura cuyo color es el watermelon. Viene envasada en la típica bolsa estanca con cierre hermético en las que se suelen distribuir los vinilos para conservar el mayor tiempo posible la textura del propio plástico y los propios aromas que lleva impregnados. Cada paquete contiene 5 piezas con unas medidas por unidad de 10 centímetros de longitud y 7 gramos de peso, con un precio por paquete que ronda los 2,70 €.

Son unos vinilos que nos han dejado satisfechos y no precisamente por su precio, ya que en comparación con otras marcas de renombre es bastante parejo, si lo ha hecho por la calidad del producto. Cabe destacar que las extremidades que presenta tienen un acabado muy bueno, con todos los bordes bien perfilados y rematados, que además le confieren de una gran movilidad bajo el agua. También es reseñable que la calidad y la resistencia de todo el señuelo es mas que óptima, ya que aguanta bastantes picadas, incluidas la de los black bass más pequeños que tienen por costumbre destrozarnos en pocas picadas cualquier extremidad de nuestros señuelos.
Su movilidad dentro del agua también es muy natural y atractiva, sobretodo usándola mediante el sistema Texas e incluso usándola al pitching.

Encontramos pocos aspectos negativos, quizás los más destacables sean la dificultad de encontrar estos señuelos en el mercado Español, ya que la mayoría de las tiendas especializadas no se arriesgan a traerlos por miedo a que fracasen y nos les puedan dar salida, y que aunque gracias a la bolsa con cierre hermético conserva todo su aroma original, este no es ni de lejos de lo mejor del mercado, deja bastante de desear ya que no es un aroma natural ni intenso, con lo que el sabor al plástico queda mas que patente y hace que le pez lo escupa antes, dificultándonos aún más la picada.

Por último nos parece curioso una característica de este señuelo. Si nos fijamos bien este señuelo se parece asombrósamente mucho, llegando a hacernos pensar que pudiera ser el mismo con el Baby Brush Hog de Zoom Bait Company. Quién sabe, a lo mejor los productos de ambas marcas se fabrican en el mismo sitio y realmente estamos comprando un señuelo de primerísima calidad y eficacia contrastada sin saberlo.

Baby Brush Hog de Zoom

Esperamos de que esta pequeña review de este producto os sirva a la hora de montar vuestra caja de pesca y que este presente en vuestros equipos, y recordad, siempre captura y suelta.


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