domingo, 16 de agosto de 2015

Moldes para plomos

En la presentación de esta sección  se exponía que iba a ser un apartado diferente al resto de las secciones del blog, y así es, en esta sección vamos a intentar mostrar e introducir a todo el que quiera en el mundo que fusiona el bricolaje y la pesca.
Esta nueva ventana que se abre ante nosotros, es inmensamente más satisfactoria si cabe que la propia pesca por separado, y es que os podemos asegurar que no hay nada más satisfactoria que la pesca en la que únicamente el carrete y la caña no es de nuestra propia cosecha. Con esto finalmente podemos atribuirnos casi en su totalidad el mérito de nuestra captura.
Como es lógico vamos a empezar esta sección haciendo alusión a aspectos no muy complicados, que nos van a servir de base y con los que vamos a poder practicar para estar preparados a la hora de empezar con otras cosas más difíciles.
En este inicio vamos a mostrar como hacer diferentes moldes para plomos, que no solo servirán como plomada, también se utilizaran a modo de insert para lastrar nuestros señuelos caseros.

Lo primero que debemos hacer es conseguir un listón de madera (no es necesario que sea de ninguna madera en concreto), que deberá tener una anchura a partir de los 6 centímetros. Una vez lo tenemos, con una sierra o una sierra de calar cortamos dos tramos de idéntica longitud, la longitud queda a la elección de cada uno, pero hay que tener en cuenta que en esa medida irán alojados los orificios para los moldes, así que no es necesario que sea demasiado grande.

Una vez que tenemos los dos trozos, es recomendable lijarlos por los bordes y las caras que van a quedar unidas, para perfeccionar lo máximo posible la superficie de contacto y que al verter el plomo fundido no haya fugas. A continuación cuadramos las caras de cada trozo y las aseguramos con una o varias mordazas para que no se muevan.

Lo siguiente que tenemos que hacer son los agujeros, para ello utilizamos un taladro eléctrico y seleccionamos las brocas de madera de los diámetros que creamos que vamos a necesitar, Para facilitar luego la fabricación, situamos todos los agujeros en el punto de contacto entre los dos listones, es decir, en el centro del molde. Procedemos a la perforación con cuidado de no taladrar totalmente el ancho del listón, para ello nos podemos valer de un palillo de madera para medir la profundidad del agujero. Es recomendable apurar lo máximo posible, ya que no es un problema cortar el plomo posteriormente para ajustar a la medida deseada.


Una vez hecho todo esto nos queda el paso mas complicado de todos y el mas peligroso.

Ahora solamente nos queda derretir el plomo y verterlo en el molde, para ello es recomendable lo que se llama un cazo para fundir plomo, como son bastante caros y estamos en una sección de bricolaje, vamos a enseñaros como haceros uno.
Para hacer el cazo vamos a utilizar el extremo de un acoplamiento para la unión de tuberías, usado normalmente en la instalación de los radiadores. Es muy importante que sea de cobre, porque actualmente los acoplamientos mas modernos que se usan son de PVC. También vamos a necesitar una grapa de fijación de tuberías que en una de sus piezas tenga la posibilidad de poner un tornillo, el cual roscaremos a un mango de madera para que no transmita el calor y nos mantenga la mano fuera de la fuente de calor,

Finalmente echamos el plomo en nuestro cazo casero y lo aproximamos a nuestra fuente de calor, que puede ser una pequeña hoguera o una antorcha que funcione con bombona de gas, de cualquier modo la fuente de calor necesaria no debe ser muy grande, ya que estos acoplamientos para tuberías suelen ser estrechos y se va a calentar muy fácilmente. A continuación cogemos con unos guantes el cazo cuando veamos que el plomo se ha fundido y lo vertemos muy lentamente sobre el molde.
Probablemente los agujeros quedarán rebasados y aparecerá una rebaba cuando se enfríe, no pasa nada, solo hay que quitarla con una pequeña tenaza y limar los bordes para que nuestros plomos esten listos.
Esperamos que este bricolaje os sirva en vuestro periplo por la artesanía de señuelos, y recordad, siempre captura y suelta.

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